Ray Bradbury, en su libro "Farenheit 451", nos sorprende con un mundo donde el libro está condenado a desaparecer. Los protagonistas memorizaban los textos y los trasmitían de forma oral y lo hacían en "el bosque de las palabras".



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jueves, 20 de diciembre de 2018

APESTOSO TÍO MUFFIN de Pedro Mañas




Apestoso tío Muffin
Autor: Pedro Mañas
Ilustraciones: Víctor Rivas
XV Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, 2018

Muffin es un tipo solitario, que sigue viviendo  en la casa de su difunta abuela, con la que se crío después de morir su madre a los siete años, de su padre no dice nada o murió antes, o se piró a comprar tabaco, o directamente fue un donante. El sobre proteccionismo  de la anciana y su obsesión por la limpieza, hacen que Muffin crezca incapaz  de hacer frente a sus miedos; desarrollando una rareza  que consiste en atraer la porquería como un imán al hierro. Realmente si lo piensas  la rareza desarrollada no es tanta, más de una película de terror tiene una base parecida. El caso es que el pobre Muffin en vez de dedicarse a matar a diestro y siniestro, como sería lo normal después de semejante infancia, va por el mundo espantando al personal, no con cuchillos, hachas o motosierras, no! Los espanta  con un hedor a pescado putrefacto insoportable.


Esto del pescado no me ha quedado del todo claro, porque vamos a ver, si yo atraigo la porquería, léase; pelusas, telarañas, cucarachas, ratas…no huelo a pescado, esa porquería no huele, olería a alcantarilla o incluso a la mierda de los gatos que persiguen a Muffin pero no a pescado,  a menos claro está que viva cerca de una pescadería, en ese caso me callo.


Bien, pasando por alto ese pequeño detalle, el resto de la historia se desarrolla con toda normalidad, un personaje pequeño y entrañable cambia la vida de Muffin en un visto y no visto, luego llega el amor, él se enfrenta a sus miedos, los malos pierden y los buenos ganan….perdón , perdón se me olvidaba otro detalle que me ha dejado marcado, las vecinas ancianas Fidenburguer, mezcla de fideos y hamburguesas, que ¿por qué? por el nombre y por la siguiente descripción y cito literalmente: “Cada noche, las atléticas y bronceadas ancianas desplegaban sus sillas de plástico entre los enanitos del jardín y se despatarraban a tomar la luz de la luna, porque la del sol les arrugaba la piel “ ..madre mía, si la infancia del personaje daba para muchas películas de terror, sus vecinas dan para dejar pequeña la famosa Mansión de los Ángeles y si por un casual, con mucho esfuerzo de concentración, te quitas esa imagen de la cabeza llega el ilustrador 100 páginas adelante y te vuelve a remover los recuerdos, y eso que las dibuja vestidas, aunque yo creo que es este caso, con esos pantalones piratas súper ajustados y esos jerseys marcando delantera, es casi peor..

En fin, el libro es entretenido, con un poco de humor, algo de sentimentalismo, su moraleja,  pero le falta algo y no sabría decir qué, bueno sí, la pescadería.

Reseña realizada por Rodrigo García Suardíaz














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